
En los últimos meses algunos usuarios de Tigo han sido sorprendidos con la cancelación de los servicios de internet, telefonía fija y televisión. Lo que argumenta la empresa es que se están robando los cables que tienen cobre y que ella prefiere desvincularse del cliente antes que restaurar el servicio, y advierte que el próximo 31 de diciembre les suspenderán el servicio a todos los usuarios que están conectados con alambre de cobre en las zonas rurales y semirurales. Estos ciudadanos, que no tuvieron la suerte de que Tigo los hubiera conectado con líneas de fibra óptica, tendrán que buscar el servicio satelital de otras empresas no siempre eficaces, a no ser que den con pequeños empresarios que han aprovechado el problema y están conectando el internet a veces con precios muy elevados.
Otras empresas tradicionales que también emplean el sistema satelital elaboran el contrato y exigen una cuota, sin estudiar si el servicio será posible, y cuando este no es realizable se niegan a la devolución del dinero anticipado, o arman artimañas para hacer difícil su recuperación.
Todos estos contratiempos en parte se originan en la ineficiencia de la policía para impedir robos y en la impunidad de que gozan los compradores de cable robado.
Por: Ramiro Ríos Rincón
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