
Cuán grato es al espíritu regresar a la imprenta. Desde la primera edad estamos familiarizados con ella. Primero, Rionegro; nuestro padre; Anita Franco; la imprenta elemental que resistió el paso de los años pero no el descuido. Letra por letra, extraídas manualmente, de chibaletes, iban formando palabras, frases, artículos.
Luego Bogotá con linotipos y rotativas; dirección de revistas, corresponsal para el extranjero; periódicos clandestinos (las paredes se respetaban).
Luego llegó la industrialización de la imprenta con modernas rotativas y sofisticados procesos complementarios. Este oficio se lleva en las venas y va grabado como signo ancestral.
Ahora regresamos con este periódico al sistema anterior del linotipo y la maquina plana para imprimir tabloides. Evocamos la vieja imprenta de Rionegro, maltrecha y abandonada. Y recordemos en Anita Franco, que con tristeza mira los restos de máquinas y tipos de plomo, una época grata al corazón y al espíritu; Anita hizo posible muchas publicaciones que contaron la historia y el acontecer rionegrero.
Este oficio de escribir va grabado en nosotros con tinta indeleble y caracteres de romántico apostolado. Por algo dijo García Lorca:
“La tinta de imprenta es perfume que temen los muertos de espíritu”
Por: Jairo Tobón Villegas
Periódico EL RIONEGRERO. Ed. 002. 1981
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