En un trágico incidente que ha conmocionado a Colombia, un helicóptero MI-17 perteneciente a la División de Aviación y Asalto Aéreo del Ejército Nacional se estrelló en una zona boscosa del sur de Bolívar, dejando un saldo devastador de nueve militares fallecidos.
El siniestro, que ocurrió a las 1:50 de la tarde, cobró la vida del teniente coronel Jesús David Carvajal Rangel y otros ocho miembros de la Fuerza Pública, incluyendo al mayor Edward Andrey Rodríguez y al sargento viceprimero Diego Ramírez Bahamón.
La tragedia ha puesto en entredicho el estado de mantenimiento de la flotilla de helicópteros MI-17, que desde el año 2022 venía solicitando mantenimiento urgente. Datos revelan que hasta el 13 de marzo, diez de estos helicópteros se encontraban estacionados en la base militar de Tolemaida, superando sus horas de vuelo y demandando atención inmediata.
Sin embargo, la ejecución del contrato de mantenimiento fue suspendida unilateralmente por el Ministerio de Defensa, alegando preocupaciones por la seguridad de las aeronaves en medio del conflicto entre Rusia y Ucrania. A pesar de los esfuerzos de la Embajada de Rusia en Colombia por ofrecer alternativas, el gobierno colombiano no cedió, optando por mantener la posición de no entregar las armas rusas para evitar involucrarse en el conflicto internacional.
Esta tragedia ha reavivado el debate sobre la importancia del mantenimiento adecuado de los equipos militares y la necesidad de priorizar la seguridad de los miembros de las fuerzas armadas. Una comisión de investigación ha sido desplegada para esclarecer las circunstancias del accidente y determinar eventuales responsabilidades.
Mientras tanto, el país llora la pérdida de estos valientes soldados, recordando su sacrificio en la lucha contra el Clan del Golfo y otras organizaciones criminales que amenazan la paz y seguridad en la región.