En un reciente informe, la NASA ha alertado sobre la preocupante disminución de la disponibilidad de agua dulce en todo el mundo, un problema que impacta a miles de millones de personas y amenaza con agravarse debido al cambio climático, el aumento de la demanda y la contaminación. Colombia, a pesar de ser el segundo país con mayores reservas de agua dulce, no está exenta de esta crisis.
Marcela Galvis, experta en Gobernanza y Recursos Naturales de la FAO, subrayó que solo el 2.5 % del agua del planeta es dulce y que este porcentaje enfrenta un riesgo cada vez mayor por la demanda creciente a nivel global. En Colombia, regiones como Antioquia, hogar de ecosistemas fundamentales como el Páramo de Belmira y las cuencas del río Cauca, enfrentan serias amenazas debido a la minería, la urbanización y prácticas agrícolas no sostenibles. Estos factores deterioran los ecosistemas hídricos, poniendo en peligro la calidad y disponibilidad de agua.
Galvis enfatizó que, aunque el país es rico en recursos hídricos, estos no se distribuyen equitativamente, siendo la zona norte una de las más afectadas por la escasez. La ONU ha hecho un llamado a naciones con grandes reservas de agua, como Colombia, para que lideren esfuerzos en la restauración de ecosistemas, la gestión eficiente de los recursos y la promoción del uso responsable del agua.
La crisis de agua dulce es un desafío global que demanda acciones inmediatas y cooperación internacional para evitar consecuencias irreversibles.
