El balón volvió a rodar y lo hizo con fuerza desde el corazón del Oriente Antioqueño. Águilas Doradas, el equipo que representa con orgullo a Rionegro y a toda Antioquia, inició su pretemporada enfrentando a Atlético Nacional en la sede de Guarne, en un encuentro que trascendió lo deportivo y reafirmó los lazos de hermandad entre los equipos paisas que compiten en la Liga de Primera A.
Este partido amistoso no fue simplemente una preparación física y táctica: fue un duelo cargado de identidad, de historia compartida y de visión de futuro. En la cancha se encontraron dos procesos que reconocen el valor del fútbol como herramienta de unidad, disciplina y representación regional.
Águilas Doradas, a través de Talento Dorado, continúa consolidándose como un proyecto serio y competitivo que honra a las familias, a los jóvenes soñadores y al pueblo trabajador del Oriente. El estadio Alberto Grisales no solo acoge goles y victorias, sino también sueños, luchas y esperanza.
Con humildad, convicción y un profundo sentido de pertenencia, Águilas se prepara para enfrentar el segundo semestre del año en la Liga BetPlay II – 2025. En su camiseta lleva más que un escudo: lleva el sentir de una tierra que no deja de creer, que vibra con cada jugada y que camina unida bajo el mismo propósito.
La invitación está abierta para todos los antioqueños —verdes, rojos y dorados— a sumarse a esta pasión que va más allá de los colores. Porque cuando un grande se prepara con Águilas, está reconociendo un proceso forjado con disciplina, talento y amor por Antioquia.
Este semestre, Águilas Doradas no solo quiere competir: quiere inspirar, emocionar y escribir nuevas páginas de gloria junto a su gente. En Modo Antioqueño, el fútbol es más que un juego… es identidad, es orgullo, es familia.
