Un año después de la implementación de la reforma tributaria que incluyó el impuesto a los alimentos ultraprocesados, se observa una reducción del 5% en el consumo de estos productos en Colombia, según datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos (ANFAB).
Las categorías más afectadas por la medida son el té líquido, la leche saborizada y las chocolatinas, con una disminución de entre el 5% y el 20%.
La reforma tributaria estableció un impuesto del 10% para 2023, que se incrementará a 15% en 2024 y 20% a partir de 2025, para los productores o importadores de alimentos ultraprocesados con alto contenido de azúcares añadidos, sodio o grasas.
Si bien la reducción del consumo es positiva para la salud pública, la industria de alimentos ultraprocesados ha experimentado un impacto negativo. Algunas empresas han optado por reformular sus productos para reducir el contenido de azúcares, sodio o grasas, mientras que otras han aumentado los precios para compensar el impuesto.
Se espera que el consumo de productos ultraprocesados continúe disminuyendo en los próximos años a medida que aumenta el impuesto. El gobierno colombiano ha destacado que la medida busca promover hábitos alimenticios más saludables y reducir las enfermedades relacionadas con la mala alimentación, como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
