El pasado 18 de septiembre del año en curso, en Rionegro (Antioquia) transcurría
la mañana como de costumbre, cuando, a las 10:15, sus habitantes vieron
perturbadas sus labores. Una fuerte explosión, provocada por una posible
manipulación de pólvora, perturbó la tranquilidad de una extensa zona residencial.

El hecho, ocurrido en el centro del municipio, más exactamente en el sector
conocido como Alto de la Capilla, dejó dos personas fallecidas, más de 20
lesionadas, mascotas perdidas y daños materiales en varias viviendas y vehículos.

La tragedia ocurrió, aparentemente, por la explosión en una vivienda del sector,
donde, de manera ilegal se fabricaban y almacenaban grandes cantidades de
artículos pirotécnicos, tal como lo señaló Rodrigo Hernández, alcalde de Rionegro.

«Aquí tendrá que avanzar un proceso de investigación para esclarecer quiénes
eran las personas dedicadas a esa actividad, por qué razón la hacían; si era de
manera ilegal o cómo la estaban haciendo. No se puede hacer dentro de una
vivienda, ni la manipulación ni la comercialización de pólvora», declaró la primera
autoridad.

Por su parte, el gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria, quien minutos después
hizo presencia en el lugar de la explosión, convocó a la ciudadanía tras observar
la magnitud de lo ocurrido:

«Llamo a la ciudadanía, no sólo en Rionegro, sino en otros municipios de
Antioquia, para que se denuncie la presencia de pólvora en cualquier lugar. Con
esto vemos que esa actividad clandestina puede producir efectos tan dolorosos
como este».