La historia de Amelia Isabel Díaz Gallo, una pequeña guerrera

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Amelia Isabel Díaz Gallo, una niña de apenas 26 meses, cada día ha demostrado una fuerza y valentía sorprendentes en su corta vida. Con apenas 2 años y 2 meses, Amelia enfrenta un trastorno congénito de la glicocilación tipo II, un diagnóstico que ha cambiado la vida de su familia, pero que no ha podido borrar su constante sonrisa.
Amelia vive junto a su mamá, papá y su hermanito, quienes la describen como una niña alegre y feliz, siempre dispuesta a iluminar el día de quienes la rodean con su ternura. Su tratamiento es riguroso: además de tomar Kepra, Amelia asiste diariamente a una serie de terapias que incluyen fisioterapia, terapia de deglución, terapia ocupacional, terapia de lenguaje, terapia de baja visión e hidroterapia. Su familia se esfuerza al máximo para brindarle el cuidado necesario, viajando cada mañana para asegurarse de que reciba sus terapias.
«Ha sido un camino difícil», confiesa su madre, quien dejó su trabajo como auxiliar de enfermería en San Vicente Ferrer para dedicarse por completo al cuidado de Amelia. «Cuando supimos que algo no estaba bien, fue devastador. Amelia fue planeada con tanto amor, y jamás pensamos que nos tocaría enfrentar una situación tan dura». A pesar del dolor inicial y las preguntas sin respuestas, la familia ha encontrado consuelo en el apoyo incondicional de sus seres queridos.
Amelia enfrenta varios desafíos, como hipermetropía, astigmatismo, nistagmo, hipoacusia moderada en su oído izquierdo y una marcada hipotonía, lo que ha dificultado su desarrollo motor. Aún no puede sentarse sola ni gatear, y su evolución ha sido lenta, pero cada pequeño avance es un motivo de celebración para sus padres.
A pesar de las dificultades, la familia de Amelia sigue adelante con determinación y fe, confiando en que el amor y el esfuerzo constante ayudarán a su pequeña guerrera a superar cualquier obstáculo.