El prolongado litigio legal entre la Industria Licorera de Caldas y la Fábrica de Licores de Antioquia sobre la comercialización del aguardiente Real sigue afectando su distribución en Antioquia. Este conflicto ha limitado la presencia del aguardiente en el mercado, reduciendo los ingresos que la Gobernación de Antioquia esperaba obtener de su venta.
El caso, que se encuentra en la Superintendencia de Industria y Comercio, no ha avanzado, generando preocupación entre las empresas involucradas y el sector licorero. Un representante de la Fábrica de Licores de Antioquia expresó su inquietud por el impacto económico: «Cada día que pasa sin que se resuelva la demanda es un día de pérdidas para nuestra entidad». Aunque el aguardiente Real sigue disponible en el mercado en una edición limitada y con un diseño renovado, su participación ha sido menor al 9% esperado.
Por su parte, la Asamblea Departamental ha monitoreado de cerca el proceso, y su presidente afirmó que, aunque este litigio no afecta los recursos generales de la Fábrica para el departamento, sí impacta las transferencias específicas esperadas por la venta del aguardiente.
Además, la Corte Constitucional ha programado una audiencia pública para el 7 de octubre, donde se debatirá la legalidad del veto impuesto en 2023, uno de los principales obstáculos para la Fábrica de Licores de Antioquia, que ha señalado estar en «limbo legal». Mientras tanto, la compañía ha lanzado un nuevo producto: el aguardiente Real opalizado con capuchón café, del cual ya se han distribuido 400,000 botellas para competir con productos similares como el aguardiente Manzanares. Sin embargo, este lanzamiento no ha sido suficiente para mitigar las limitaciones impuestas por el litigio.
A pesar de los desafíos, la Fábrica de Licores de Antioquia ha reportado un crecimiento del 3% en su utilidad operacional hasta septiembre, y continúa con su plan de certificar sus productos como carbono neutro, demostrando su compromiso con la sostenibilidad.
