Medellín, 21 de mayo de 2024 – La intolerancia en Medellín se ha convertido en una causa más frecuente de asesinatos que los hurtos y las disputas entre bandas delincuenciales. Las cifras de homicidios relacionados con problemas de convivencia superan a aquellos vinculados a organizaciones criminales o robos, generando una alarma entre las autoridades y la ciudadanía.
La madrugada del pasado sábado 18 de mayo, un presunto acto de intolerancia en un establecimiento nocturno del Centro de Medellín resultó en el asesinato de una mujer. Según los informes preliminares, hacia las 12:47 a.m., la víctima llegó sin signos vitales a un centro asistencial tras ser apuñalada por dos mujeres con quienes había discutido momentos antes. Las agresoras, identificadas como hermanas, huyeron del lugar pero fueron capturadas horas después, según el teniente coronel Eder Sánchez Moncada, comandante del Distrito 3 Candelaria. «Lamentamos profundamente este hecho de intolerancia e invitamos a la comunidad en general a respetarnos unos a otros y evitar las lesiones personales», declaró el funcionario.
Este caso no es aislado. El 12 de mayo, en pleno Día de la Madre, un hombre fue asesinado en Santa Cruz tras pedir a sus vecinos que bajaran el volumen de la música a las 5:00 a.m. La solicitud desencadenó una pelea que culminó en su muerte por cinco puñaladas, y tres personas, aparentemente de la misma familia, fueron capturadas.
Entre el 1 de enero y el 20 de mayo de este año, se registraron 126 homicidios en Medellín, de los cuales 29 fueron por problemas de convivencia, superando los 18 relacionados con grupos delincuenciales organizados y los 15 por robos, según datos del Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc). Otros 10 homicidios fueron categorizados como violencia de género (7) y violencia intrafamiliar (3).
Las cifras de homicidios por intolerancia se han mantenido elevadas en los últimos años, con 28 casos en el mismo periodo de 2023, 22 en 2022 y 29 en 2021. Además, la proliferación de videos en redes sociales muestra peleas en vías, bares, restaurantes, instituciones educativas y hasta estaciones del metro, evidenciando la gravedad del problema. En el primer trimestre de este año, el Instituto Nacional de Medicina Legal registró 2.092 lesiones no fatales por violencia interpersonal (1.221), intrafamiliar (336) y de pareja (535, de las cuales 455 fueron contra mujeres).
El antropólogo Gregorio Henríquez califica esta situación como una «enfermedad social». «Estamos anteponiendo las agresiones para solucionar conflictos por encima del diálogo y los consensos. En este ambiente, el insulto puede terminar en un golpe y el golpe en un asesinato o lesión grave», expresó Henríquez. Señaló que la situación está estrechamente vinculada con la salud mental, requiriendo atención, sensibilización y prevención en todos los ámbitos de la sociedad.
Desde la Alcaldía de Medellín se han anunciado diversas acciones para contrarrestar esta situación, como la ampliación de los «escuchaderos», estrategias para disfrutar el fútbol en paz y consejos de seguridad en los territorios. Una de las más destacadas es el programa «Tejiendo Hogares», que busca fortalecer las familias mediante formación para evitar la violencia en el hogar, la protección de menores y el fortalecimiento de la autonomía económica de las mujeres. El alcalde Federico Gutiérrez y la primera dama Margarita Gómez destacaron la importancia de este programa para mejorar la convivencia y prevenir la violencia desde el núcleo familiar.
Los expertos consideran crucial aprobar un plan de desarrollo con indicadores claros para mejorar la convivencia en Medellín, enfrentando así este desafío que amenaza la paz y seguridad de la ciudad.
