Colombia se ha clasificado en el séptimo lugar entre los 50 países más violentos del mundo, de acuerdo con el Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados (Acled). Esta preocupante posición resalta la grave situación de violencia que enfrentan, en especial, los campesinos y líderes sociales, quienes son los grupos poblacionales más vulnerables.
A nivel regional, Colombia es el tercer país más violento en América Latina, precedido solo por México y Brasil. En el contexto mundial, se encuentra detrás de naciones como Palestina, Birmania, Siria y Nigeria, donde el riesgo es considerado extremo.
Los principales actores responsables de estas violencias son las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (conocidas como el Clan del Golfo), el Estado Mayor Central de las disidencias de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN). A pesar de las negociaciones en curso con el Gobierno Nacional, estos grupos continúan violando el Derecho Internacional Humanitario, exacerbando la crisis de seguridad en el país.
Según cifras de Indepaz, en 2023 fueron asesinados 188 líderes sociales en 26 departamentos del país. Este año, en 2024, ya se han registrado 110 asesinatos, de los cuales 16 ocurrieron en Antioquia, evidenciando el continuo riesgo para aquellos que defienden los derechos humanos y el territorio en Colombia.
