Chocó, Colombia. Tras tres días de restricciones, amenazas y temor, el paro armado impuesto por el Ejército de Liberación Nacional (ELN) en el departamento del Chocó llegó a su fin. Sin embargo, la situación en municipios como Istmina y Tadó continúa siendo crítica, y la incertidumbre se mantiene entre la población.
Aunque se levantaron las restricciones, las consecuencias del paro aún afectan gravemente a las comunidades. El desabastecimiento de alimentos y el aumento en el costo de productos básicos han puesto en riesgo la seguridad alimentaria de cientos de familias, que ahora luchan por conseguir lo necesario para sobrevivir.
“La situación sigue siendo preocupante”
Líderes sociales de la región han expresado su alarma ante el impacto económico que dejó el paro. Comercios cerrados, interrupción del transporte y temor generalizado marcaron estos días de zozobra. Además, advierten sobre el riesgo de que situaciones similares se repitan si no se garantiza una intervención efectiva.
Exigen acción del gobierno
Las comunidades de Chocó han hecho un llamado urgente al gobierno nacional para que garantice su seguridad y acompañe el proceso de recuperación. “Necesitamos presencia estatal. El miedo sigue aquí, y no podemos permitir que se normalicen estos hechos”, señaló un líder comunitario de Tadó.
Mientras tanto, la población espera que las autoridades tomen medidas contundentes para restablecer la normalidad en la región y prevenir futuros episodios de violencia.
