En medio de la opulencia y el derroche alimentario que caracteriza a muchos sectores de la sociedad, la Fundación Saciar emerge como un faro de esperanza, rescatando toneladas de alimentos cada año para alimentar a quienes más lo necesitan.
Con 25 años de incansable labor, Saciar se erige como el primer banco de alimentos del país, una institución que va más allá de simplemente poner comida en la mesa. Comenzando como una utopía en los días más oscuros de Medellín, esta fundación liderada por Silvia Elena Llano y Pedro Nel Giraldo ha crecido hasta convertirse en un pilar fundamental para casi 170.000 personas en Antioquia y otros 10 departamentos.
Su monumental tarea no es solo rescatar 6.160 toneladas de alimentos al año, sino también luchar contra un sistema que desperdicia 9,7 millones de toneladas anualmente en Colombia. Con una red de aliados que incluyen desde productores agrícolas hasta minoristas y empresas, Saciar despliega una operación logística y estratégica sin precedentes.
Desde sus embajadores que recorren kilómetros para rescatar alimentos hasta sus 122 colaboradores y más de 700 voluntarios que trabajan incansablemente, Saciar es un ejemplo de solidaridad y compromiso. Su labor no se limita a distribuir alimentos, sino que también brindan acompañamiento nutricional, psicosocial, capacitaciones y educación a quienes lo necesitan.
En un país donde la desnutrición y el hambre afectan a miles, Saciar representa una luz de esperanza, un recordatorio de que incluso en medio del despilfarro, hay quienes dedican sus vidas a alimentar a los más vulnerables. Su labor, día tras día, mes tras mes, durante los últimos 25 años, ayuda a reducir la intolerable realidad de un país que desperdicia comida mientras millones luchan por saciar el hambre.
