El tan esperado megaproyecto Ruta del Agua, que prometía transformar la conectividad entre Medellín y Bogotá, ha sido rechazado por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), generando preocupación y malestar entre los habitantes de Antioquia, Bogotá y Boyacá. Este ambicioso plan, que buscaba reducir el tiempo de viaje entre las dos principales ciudades a solo cinco horas, ha sido descartado, poniendo en riesgo el desarrollo regional.
El proyecto, valorado en 7 billones de pesos y presentado por la concesión vial DEVIMED, incluía la construcción de un viaducto que habría facilitado el tránsito al reducir kilómetros y curvas en la ruta. La obra pretendía conectar los municipios de El Santuario en Antioquia y Caño Alegre en Boyacá, mejorando significativamente la movilidad en este crucial corredor.
Sin embargo, la ANI rechazó la propuesta tanto en su versión de calzada sencilla como de doble calzada, argumentando que no cumplía con los requisitos necesarios. Esta decisión llega en un momento en que la vía Medellín-Bogotá ha sido objeto de numerosas denuncias por su mal estado, lo que ha ocasionado múltiples accidentes y ha afectado la seguridad vial y el desarrollo económico de la región.
DEVIMED, en conjunto con otras tres empresas de construcción, aspiraba a operar este corredor durante 40 años más, ya que su concesión actual está próxima a vencer en dos años. La propuesta incluía mejoras en la infraestructura existente y la creación de nuevas conexiones que habrían beneficiado a miles de personas en Antioquia, Bogotá y Boyacá.
La negativa de la ANI deja en el aire las esperanzas de miles de personas que dependían de esta obra para mejorar la infraestructura vial y, con ello, impulsar el desarrollo económico y social de la región. La situación de la vía Medellín-Bogotá sigue siendo un tema de gran preocupación, y el futuro de esta importante arteria vial queda en suspenso.
