La democracia, como forma de organizar el funcionamiento de las sociedades humanas, es el sistema adoptado por la mayoría de países en el mundo. A pesar de no representar un sistema perfecto, resulta perfectible, esto es que las fallas que pueden ocurrir en su funcionamiento son susceptibles de atenderse y modificarse. En este sentido, los sistemas democráticos resultan ser, sin lugar a dudas, el mejor modelo de participación política.
El funcionamiento de una democracia denota la posibilidad que tienen los ciudadanos de participar en la conformación de un Gobierno y en el funcionamiento de las instituciones públicas. Tal como lo indica su origen lingüístico, la palabra democracia proviene de las raíces griegas demos, que traduce pueblo, y kratos, que se traduce como poder; de tal modo que la democracia podría ser entendida como el Gobierno del pueblo. Sin embargo, los sistemas democráticos no representan establecimiento estáticos inmutables ante el paso del tiempo; de hecho, resultan ser estructuras móviles que se modifican en razón de las composiciones y recomposiciones sociales, tal como lo establece el profesor Elio Gallardo, para quien las democracias responden a las tensiones existentes en las sociedades; el ejemplo más utilizado para expresar esa situación es el voto de las mujeres, pues hoy por hoy resulta imposible pensar en un sistema que se precie de democrático en el cual las mujeres no cuenten con acceso pleno a los derechos políticos.
En este sentido, el filósofo letón Isaiah Berlin propone una distinción entre la Democracia de los antiguos y la Democracia de los modernos. En esta distinción se establece la diferencia entre las democracias en las que los derechos políticos se encontraban restringidos a un grupo pequeño de la sociedad, personas adineradas, de alta posición política, que conformaban los Gobiernos y tomaban las decisiones de implicaciones públicas.
Por otra parte, la Democracia de los modernos se establece en las sociedades en las cuales el conjunto de sus componentes cuenta con reconocimiento de sus derechos políticos. En este tipo de sociedades la conformación de los Gobiernos y la toma de decisiones de implicación pública recae sobre la mayoría del conjunto social, exceptuando aquellos sectores que cuentan con derechos políticos restringidos, por ejemplo, los niños.
Es en la Democracia de los modernos, o lo que podríamos resignificar como la «Democracia moderna», donde suceden retos importantes a la hora de garantizar un adecuado funcionamiento del sistema político, toda vez que los centros de poder, el funcionamiento de las instituciones y las dinámicas propias del sistema político, en la mayoría de los casos se encuentra lejos de las esferas sociales; dicho de otra forma, los ciudadanos de a pie no se relacionan cotidianamente con el funcionamiento de los Gobiernos e instituciones. En este sentido una adecuada generación y distribución de información de interés público resulta fundamental a la hora de garantizar un adecuado funcionamiento de una democracia.
Así lo plantea el politólogo italiano Giovanni Sartori, para quien el acceso a una información verídica y de buena calidad resulta fundamental para el adecuado funcionamiento de la democracia, toda vez que le garantiza a los ciudadanos contar con la información necesaria a la hora de tomar sus decisiones sobre a quiénes elegir como sus gobernantes, cuáles medidas aceptar y cuáles negar. En ese contexto, el papel de los medios de comunicación en el funcionamiento del juego democrático resulta ser un factor central.
Contar con medios de comunicación comprometidos con el periodismo de investigación, con alta calidad; medios independientes de los poderes políticos y económicos; medios con la autonomía de adelantar investigaciones de interés público, sin asumir posturas políticas o ideológicas, resulta ser la piedra angular para la salud del sistema democrático.
El crecimiento de las ciudades, la diversidad social, política e ideológica propia de la expansión urbana, demandan la existencia de ese tipo de medios de comunicación. Tal es el caso de Rionegro y los municipios de la subregión del altiplano, que registran importantes dinámicas de crecimiento urbano y demandan la existencia de medios de comunicación que les brinden información pública de excelente calidad.
Ese es el reto que se asume desde el medio de comunicación El Rionegrero, que en su nueva fase se encuentra comprometido con propiciar periodismo investigativo independiente y de alta calidad, por medio de su red de canales de divulgación. Desde este medio informativo se propiciarán debates de interés público, a partir de investigaciones juiciosas e independientes. Desde este medio de comunicación se establece el compromiso de aportar elementos importantes para el funcionamiento de la democracia en la ciudad de Rionegro.
Fabian Restrepo.