El pasado domingo 16 de noviembre, en el municipio de Girardota, se vivió una de esas jornadas que quedan grabadas en la memoria de quienes creen en la cultura como motor de transformación. Allí, en el marco del III Concurso Nacional de Bandas “Ritmos de mi Tierra”, la Banda de Marcha Infantil Eduardo Uribe Botero, de Rionegro, se alzó con el primer lugar, superando a otras cuatro agrupaciones infantiles provenientes de diferentes regiones del país.
Para muchos, fue más que una victoria: fue la confirmación del talento, la disciplina y el compromiso que durante años han caracterizado este proceso formativo.
El certamen reunió a destacadas bandas infantiles colombianas, convirtiéndose en un escenario de exigencia artística donde el detalle técnico, la sincronía, la puesta en escena y la musicalidad se convierten en un verdadero reto para los niños y jóvenes que, pese a su corta edad, interpretan sus instrumentos con una madurez sorprendente.
En este contexto competitivo, la presentación de la Banda Eduardo Uribe Botero logró conquistar al jurado gracias a su impecable ejecución, la solidez de su marcha y el carisma de sus integrantes, quienes desde el primer compás demostraron que estaban allí para hacer historia.
Quienes acompañaron el proceso relatan que la banda llegó a Girardota con la serenidad de quienes confían en el trabajo bien hecho. Nada fue improvisado: semanas de ensayo, guía detallada de los instructores, preparación física, horas de montaje y pulimiento constante fueron el preludio de una presentación que, al finalizar, levantó aplausos cerrados y emocionados.
Cuando el veredicto anunció que la EUB de Rionegro obtenía el primer lugar, la alegría fue desbordante y las lágrimas de orgullo se mezclaron con los abrazos de estudiantes, profesores y acompañantes.
La noticia, compartida con entusiasmo por los responsables del proceso, no tardó en despertar un sentimiento de orgullo en el municipio. Para los integrantes y sus profesores, el triunfo es también una oportunidad para agradecer al municipio de Rionegro por el apoyo que ha brindado a la banda, respaldo que ha permitido sostener un proceso cultural que va más allá de la música: forma valores, disciplina, compañerismo y sentido de pertenencia.
Hoy, más que nunca, reconocen la importancia de contar con instituciones que creen en la formación artística como pilar del desarrollo comunitario.
Extendemos un mensaje de felicitación a todos los integrantes por su entrega y dedicación, así como un profundo agradecimiento a las familias que acompañan cada ensayo, cada desplazamiento y cada presentación.
La cultura merece ocupar un lugar central en la conversación pública y que Rionegro tiene motivos de sobra para sentirse representado por esta agrupación.
El triunfo en Girardota no es solo una medalla ni un trofeo: es la reafirmación de que los procesos de formación cultural en Rionegro están dando frutos visibles, inspiradores y de impacto real.
La Banda de Marcha Infantil Eduardo Uribe Botero regresa a casa con una victoria que trasciende los escenarios; una victoria que pertenece a cada niño y niña que sueña, a cada maestro que insiste, y a cada comunidad que entiende que cuando se apoya la cultura, se está apostando por un futuro más sensible, más humano y más lleno de esperanza.
