¿Te has preguntado por qué algunas experiencias pierden su emoción con el tiempo? La neurociencia tiene la respuesta: la habituación. Es el proceso por el cual el cerebro deja de prestar atención a estímulos repetitivos, disminuyendo su impacto emocional.
Desde el molesto ruido constante hasta el tedioso trayecto diario, la habituación nos afecta en muchas áreas de la vida. Sin embargo, aunque es útil para adaptarnos a lo cotidiano, puede limitar nuestra capacidad de disfrutar plenamente de nuevas experiencias.
La neurocientífica Tali Sharot ofrece una solución intrigante: aprender a ‘deshabituar’ el cerebro. Al tomar distancia de una situación, incluso por un breve período, podemos cambiar nuestra perspectiva y revitalizar nuestra respuesta emocional.
Sharot destaca la importancia de tomarse pausas en la vida cotidiana, como rotar en diferentes departamentos o trabajar en nuevos proyectos. Estas interrupciones pueden ayudarnos a apreciar mejor nuestro entorno y aumentar nuestro disfrute y reacción ante la vida.
En resumen, aprender a ‘deshabituar’ el cerebro puede ser la clave para escapar de la rutina y redescubrir la emoción en nuestras experiencias diarias.
