El presidente Gustavo Petro ha señalado que los recientes precios récord del cacao podrían significar una oportunidad dorada para la economía colombiana. El 26 de marzo, el precio de la tonelada de cacao superó los 10.000 dólares en Nueva York por primera vez en la historia, antes de registrar un leve descenso, debido a los temores de escasez de suministro.
Este aumento sin precedentes en el valor del cacao es una noticia bienvenida para los productores locales, quienes ven en esta tendencia una oportunidad para fortalecer sus exportaciones. Sin embargo, este panorama también presenta desafíos para las empresas chocolateras y los consumidores, quienes podrían enfrentarse a incrementos en los precios de los productos derivados del cacao.
El aumento del 135% en el precio del cacao durante este año se atribuye a la reducción e interrupción del procesamiento de chocolate por parte de las principales fábricas de Costa de Marfil y Ghana, los principales productores mundiales, debido a condiciones meteorológicas extremas y enfermedades que han afectado las cosechas en África Occidental.
Ante este escenario, el presidente Petro ha instado a los productores colombianos a aprovechar esta oportunidad histórica para impulsar el cultivo de cacao, utilizando la sustitución de cultivos ilícitos como un medio para lograrlo. Sin embargo, algunos expertos advierten sobre el riesgo de incumplimiento de contratos existentes, suscritos a precios mucho más bajos que los actuales.
Eduard Baquero, presidente de la Federación Nacional de Cacaoteros, ha expresado su preocupación por la posibilidad de incumplimiento en los contratos vigentes, exhortando a los productores a cumplir con sus compromisos y a reinvertir los mayores recursos obtenidos.
La producción colombiana de cacao, que ronda las 60.000 toneladas, se concentra principalmente en departamentos como Santander, Antioquia, Arauca, Tolima y Huila. Este crecimiento en los precios del cacao representa un incentivo para que los productores aumenten sus exportaciones, pero también subraya la importancia de prepararse para posibles períodos de escasez.
En este sentido, tanto Baquero como la ministra de Agricultura y Desarrollo Rural, Jhenifer Mojica, han coincidido en la necesidad de invertir en la renovación y mejora de los cacaotales, así como en infraestructuras productivas, para aprovechar al máximo esta bonanza de precios y garantizar la sostenibilidad a largo plazo del sector cacaotero colombiano.