Colombia se enfrenta a una preocupante crisis energética que podría afectar el suministro eléctrico a nivel nacional durante el resto del 2024. Los embalses, fundamentales para la generación de energía hidroeléctrica, han alcanzado los niveles más bajos en los últimos 20 años, como consecuencia del fenómeno de El Niño y la escasez de lluvias.
El Sistema Interconectado Nacional (SIN) está en riesgo, a pesar de la diversificación de la matriz energética del país que incluye fuentes térmicas y renovables. Según expertos, si las condiciones climáticas no mejoran durante los meses de octubre y noviembre, Colombia podría experimentar una grave crisis energética que se extendería hasta 2025.
El operador del sistema eléctrico, XM, ha instado a los ciudadanos a hacer un uso responsable de la energía, dado que los aportes hídricos han estado por debajo de la media desde julio de 2024. En agosto y septiembre, los embalses cayeron por debajo del mínimo exigido por la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg).
Juan Carlos Morales, gerente del Centro Nacional de Despacho, ha subrayado la importancia de incrementar la generación térmica y reducir el consumo para evitar un colapso energético en los próximos años. Las autoridades monitorean de cerca la situación y buscan garantizar la estabilidad del suministro.
Impacto en los Servicios y la Economía
La disminución en los niveles de los embalses podría causar escasez de energía, lo que afectaría directamente a industrias esenciales como la producción de alimentos, transporte público, sistemas de salud y almacenamiento de combustibles. Además, los apagones prolongados podrían incrementar los costos operativos, encarecer los productos y servicios, y generar una crisis económica en sectores críticos.
Si bien el país tiene alternativas energéticas, la alta dependencia de la energía hidroeléctrica representa un desafío importante. Si las lluvias no se normalizan, Colombia podría enfrentarse a una crisis aún más grave en el 2025, exacerbando los problemas actuales.
