María Paulina Aguinaga, exconcejala de Medellín, renunció a su cargo como profesional de apoyo en la Empresa de Vivienda de Antioquia (Viva) después de enfrentar una ola de críticas por su vinculación a esta entidad de la Gobernación de Antioquia. Este nombramiento generó controversia debido a la historia política de Aguinaga, conocida por sus enfrentamientos con el partido Centro Democrático, liderado por el expresidente Álvaro Uribe Vélez, y el actual gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón.
Aguinaga asumió el puesto en Viva el pasado 31 de mayo, desempeñándose en la gestión de proyectos, planeación, análisis e implementación, con un contrato de siete meses valorado en 84 millones de pesos. Su llegada a la entidad, manejada por Rodrigo Hernández, exalcalde de Rionegro y aliado de Rendón, fue vista como una contradicción debido a su pasado de oposición dentro del Centro Democrático.
Ante las críticas, Aguinaga defendió su nombramiento explicando a EL COLOMBIANO que el Estatuto General de Contratación Pública permite contratos de prestación de servicios bajo la modalidad de contratación directa para empresas industriales y comerciales como Viva. «Los contratos de prestación de servicios profesionales se pueden realizar bajo la modalidad de contratación directa como lo hacen todas las entidades de este tipo», afirmó.
Además, Aguinaga se refirió a las acusaciones de sus detractores, calificándolas como intentos de descalificación. Resaltó que, a diferencia de otros concejales, siempre actuó con transparencia y argumentos, recordando su oposición a medidas impulsadas por la administración de Daniel Quintero.
Respecto a su idoneidad para el cargo, Aguinaga destacó su formación académica, que incluye una maestría en Desarrollo Económico en Estados Unidos, un premio Delta de Economía otorgado por la Universidad de San Francisco, y su experiencia laboral en la ONU y el Banco Mundial, además de sus seis años como concejala de Medellín.
A pesar de su defensa, la polémica en torno a su nombramiento no cesó, lo que llevó a Aguinaga a renunciar a su puesto en Viva. La noticia de su dimisión se conoció pocas horas después de sus declaraciones a EL COLOMBIANO, poniendo fin a una breve pero intensa controversia que había comenzado con su llegada a la entidad de la Gobernación de Antioquia.