“Podemos predecir el futuro leyendo nuestros libros de historia”
“La Constitución de Rionegro es propia para gobernar ángeles” decían irónicamente algunos pensadores escépticos del país; mientras el inmortal Victor Hugo, exaltado por su largo destierro de Guernesey, soñando con el devenir de una humanidad nueva, saludaba esta Carta como la mejor conquista del espíritu humano. Utopía o no, las ideas iban apoderándose de todo el Continente, y algunos países centroamericanos hicieron constituciones calcadas en la de Rionegro.
Durante este mes de mayo se dieron algunas actividades en torno a una efemérides que no es tan usual de resaltar en lo nominal, generalmente se conmemoran centenarios, sesquicentenarios de sucesos y aniversarios trascendentes para la historia.
Sí fue propicio para la Federación Nacional de Departamentos y el gobierno departamental, conmemorar los 160 años de sancionada la Constitución que dio paso a la creación de los Estados Unidos de Colombia, y la firme intención de replantear y adoptar un modelo de federalismo de Estado, donde se busque mayor autonomía territorial en las regiones de Colombia.
Del eterno debate se han escrito océanos de páginas con diferentes posturas críticas entre qué pudo y qué podría ser más conveniente para Colombia, si un Estado centralista como lo hemos padecido hasta nuestros días, o lo que para muchos consideran utópico como lo es implementar un sistema federal, en lo personal algo tan coherente en un archipiélago de regiones de tantos matices (culturales, sociales y geográficos…) como lo es nuestra Nación. Utópico e inconveniente ha sido gobernar este país de países con una densa concentración de poderes desde Bogotá.
Y es que a la Asamblea Constituyente de 1863, conocida como la Convención de Rionegro, la han satanizado de tal manera que incluso hablar de ella en algún momento era causal de perfilamiento y estigmatización. No en vano Rionegro sufrió los embates de haber recibido lo que fue la mayor cantidad de personalidades políticas y militares reunidas en un solo lugar en toda la historia de Colombia. Desde legendarios caudillos de la Independencia hasta los intelectuales y pensadores liberales más influyentes, aunque discutidos y discutibles muchos de ellos terminarían siendo mandatarios de la Nación.
A esta histórica ciudad concurrieron, viajando semanas y aun meses, por largos y lentos caminos, a veces a lomo de mula, a veces en champanes sobre la perezosa corriente de los ríos, hombres de todas las puntas de la Nueva Granada y aun de Venezuela.
La Convención eligió un gobierno plural, el primero en América, es decir, sin presidente. Bajaron de la presidencia al vencedor de la revolución. Incluso, el primer presidente de la Convención tampoco iba a ser Tomás Cipriano de Mosquera, a “mascachochas” le tuvieron que temblar los bigotes del cólera y le rechinarían los dientes y la mandíbula de plata que tenía como recuerdito de Agualongo. Mientras la mayoría de radicales sólo se encontraban armados de un paraguas, a Mosquera lo custodiaba un ejército de gallinazos macheteros que finalmente tuvo que apartar de la ciudad.
Se declaró que Rionegro sería la capital de la república provisionalmente. El pueblo de Rionegro atendió muy cumplidamente a los más de 150 huéspedes que estuvieron durante el periodo de la Convención. En cada una de las casas se ofrecían saraos, en las noches se oían serenatas de tiples y bandolas, y en las calles hubo bailes populares entre muchos gritos de vivas al Partido Liberal.
Entre las 32 leyes que aprobó la Convención las hay de gran trascendencia como la que restableció las libertades individuales. Otra cesión de tierras baldías a los neogranadinos que hubieran cultivado hasta diez fanegadas, o si tenía en ellas casa o labranza. Fue pues la primera reforma agraria seria, y un impulso a la gran empresa de la Colonización Antioqueña.
Hubo otras leyes que dado su radicalismo y anticlericalismo tocaron fuerte las fibras de un sector importante que no había sido invitado. Los conservadores y la iglesia encontraron motivos para confrontarlos. La disolución de las comunidades religiosas; de policía militar en materia de cultos, y desamortización de los bienes de manos muertas (propiedades del clero regular).
pero como también eran románticos y caballerosos, aprobaron otra ley que proveía a la subsistencia de las monjitas enclaustradas, otorgándoles una renta vitalicia de 240 pesos.
Una ley sobre moneda que dio gran libertad al comercio internacional. Por ella se aceptaba como moneda circulante no solo el peso colombiano sino todas las monedas extranjeras de peso equivalente a la colombiana.
Sin duda uno de los grandes logros que tuvo la Constitución de 1991 para Colombia, fue haber retomado la mayor cantidad de bases de Gobierno que se crearon en la de 1863, entendiendo la dinámica y variables de los tiempos actuales, pero también aboliendo la Constitución de 1886. Si la de Rionegro fue una constitución “para ángeles” la de Núñez fue una constitución de trogloditas.
Equivocaciones, fallas, errores gravísimos los hubo en Rionegro, pero a la par también consecuencias admirables que enaltecieron la causa Liberal.
Los gobiernos bajo la carta de Rionegro fueron magníficos, en más de veinte años la lista de logros para el progreso y el desarrollo en los entonces Estados Unidos de Colombia son notorios.
Por: Carlos Andrés Zuluaga Marín